
La reciente controversia entre Eduardo Verástegui y Alfonso ‘Poncho’ Herrera ha encendido las redes sociales, generando un intenso debate sobre gestos y simbolismos en eventos políticos. Todo comenzó cuando Verástegui, conocido por su inclinación hacia la derecha conservadora, participó en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) y realizó un gesto que muchos interpretaron como un saludo nazi. Este acto provocó una ola de críticas, entre las cuales destacó la de Herrera, exintegrante de RBD, quien cuestionó públicamente el conocimiento histórico de Verástegui.
La confrontación se intensificó cuando Herrera, a través de su cuenta en la red social X, compartió la imagen del gesto de Verástegui acompañada del comentario: «¿Esta señora sabrá de historia universal básica?». La respuesta de Verástegui no se hizo esperar, sugiriendo que Herrera no había comprendido el contexto del gesto y recomendándole profundizar en sus lecturas históricas. Este intercambio de mensajes escaló rápidamente, con ambos actores lanzando indirectas y descalificaciones personales.
No es la primera vez que Verástegui se ve envuelto en polémicas relacionadas con sus posturas conservadoras. Anteriormente, ha sido criticado por sus comentarios hacia figuras como Wendy Guevara, a quien se refirió utilizando pronombres masculinos, generando acusaciones de transfobia. Estas acciones han consolidado su imagen como un personaje controvertido en el ámbito público, especialmente por sus opiniones sobre temas de género y diversidad.
Por su parte, Herrera ha demostrado ser un crítico activo en temas políticos y sociales, utilizando sus plataformas para expresar su desacuerdo con figuras públicas cuyas acciones considera inapropiadas. Su confrontación con Verástegui refleja las tensiones actuales en la sociedad mexicana, donde las discusiones sobre ideologías políticas y símbolos históricos están más presentes que nunca. Este enfrentamiento entre dos figuras prominentes del entretenimiento mexicano pone de manifiesto la polarización existente y la importancia de la responsabilidad en el uso de gestos y discursos en espacios públicos.
