
En una revelación que ha sacudido al mundo del entretenimiento latino, el actor argentino Julián Gil compartió públicamente uno de los episodios más dolorosos de su vida sentimental: la infidelidad que habría sufrido por parte de su expareja Ximena Duque, quien, según sus palabras, lo engañó con el también actor Carlos Ponce.
La confesión se dio durante el programa “Secretos de Parejas” transmitido por Canela TV, donde Gil fue cuestionado sobre si alguna vez le habían sido infiel. Su respuesta no solo fue afirmativa, sino que incluyó nombres, fechas y detalles que dejaron a sus compañeros y al público en completo silencio.
“Tuve una relación muy bonita y larga con Ximena. Me tocó irme a España para protagonizar una serie, y estando allá, la relación comenzó a fracturarse. Cuando regresé a Miami para trabajar en otra novela, me enteré de que me había sido infiel con Carlos Ponce”, relató Gil, visiblemente afectado.
Pero lo más sorprendente fue la reacción que, según él, tuvo Ponce al enterarse de que Gil seguía en contacto con Duque. “Carlos me llamó para reclamarme por qué la estaba buscando. Yo le dije: ‘Espérate, primero quiero que sepas que quien se metió en mi relación fuiste tú. Nosotros aún estábamos juntos’”, agregó el actor, asegurando que tenía pruebas de que la relación no había terminado cuando ocurrió el acercamiento entre Duque y Ponce.
Las declaraciones generaron una ola de críticas en redes sociales, donde muchos usuarios cuestionaron la decisión de Gil de mencionar nombres y revivir un episodio del pasado. Algunos lo calificaron de “poco caballeroso”, mientras otros lo defendieron por hablar desde su experiencia personal.
Hasta el momento, ni Ximena Duque ni Carlos Ponce han emitido comentarios públicos sobre lo dicho por Gil. La actriz, conocida por su participación en telenovelas como “Corazón Valiente”, mantiene una vida familiar estable junto a su esposo Jay Adkins, mientras que Ponce continúa activo en la industria del entretenimiento.
Este testimonio no solo expone una historia íntima, sino que también abre el debate sobre los límites de lo que debe compartirse públicamente en nombre de la transparencia emocional. Julián Gil, fiel a su estilo frontal, ha dejado claro que no busca venganza, sino cerrar ciclos. Y aunque el pasado no se puede cambiar, contarlo puede ser una forma de sanar.