Tras casi siete años de amor silencioso, Chloë Grace Moretz y Kate Harrison finalmente dieron el «sí, quiero» en una ceremonia privada durante el fin de semana del Día del Trabajo. Con un vestido versión Cenicienta, en un delicado tono azul perla creado por Louis Vuitton, Moretz hizo una entrada que rompió con la tradición y capturó corazones. La novia, emocionada, confesó que nunca imaginó casarse con un vestido blanco y que lo suyo siempre fue algo “no tradicional”, auténtico y fiel a su esencia.

Kate Harrison, por su parte, complementó la estética con una elegante silueta blanca de bustier bordado y falda romántica, acompañada de un velo tipo jaula en la parte delantera y diseño de catedral al final, todo de Louis Vuitton. El contraste entre lo clásico y lo vanguardista reflejó perfectamente la personalidad de ambas: sofisticadas, audaces y profundamente personales.

El fin de semana fue una celebración íntima, pero vibrante: incluyó pesca, equitación, póker con tapete personalizado —obra de Harrison— y hasta line dancing. Más allá de un evento social, fue una extensión de su relación: auténtica, llena de detalles compartidos y celebrada a su ritmo.

Para la recepción, Moretz cambió su look por un traje blanco con chaqueta de cortes modernos y sombrero estilo vaquero, mientras Harrison lucía un conjunto de torso y pantalón con transparencias y botones cubiertos —una alternativa elegante y sin clichés. Fue una declaración de estilo que rompió esquemas, como lo hizo su propio amor.

En sus votos, Moretz subrayó la importancia de elegirse mutuamente cada día; una frase que invita al corazón y resume este nuevo capítulo: una unión consciente, estética y profundamente amorosa.