En un acto cargado de simbolismo y conciencia ecológica, el Papa León XIV bendijo un bloque de hielo de más de 20.000 años de antigüedad, traído desde Groenlandia, durante la conferencia internacional Brindando Esperanza celebrada en Castel Gandolfo. Este gesto se convirtió en una respuesta directa a las recientes declaraciones del presidente Donald Trump, quien calificó el cambio climático como una “estafa”.

El bloque, extraído del fiordo Nuup Kangerlua, fue trasladado por el artista Olafur Eliasson y el geólogo Minik Rosing como parte del proyecto Ice Watch, que busca visibilizar el impacto del calentamiento global. Frente a líderes ambientales, científicos y representantes de comunidades indígenas, el pontífice pronunció una oración que apeló a la conciencia colectiva:

“Señor de la vida, bendice esta agua: que despierte nuestros corazones, purifique nuestra indiferencia, calme nuestro dolor y renueve nuestra esperanza”, citó Vatican News.

Durante su intervención, León XIV retomó las palabras del Papa Francisco, criticando a quienes minimizan la crisis climática:

“Algunos han optado por ridiculizar los signos cada vez más evidentes del cambio climático, ridiculizar a quienes hablan del calentamiento global e, incluso, culpar a los pobres”, advirtió. Para el pontífice, cuidar la creación es un deber espiritual:

“No podemos amar a Dios mientras despreciamos sus criaturas”, sentenció.

Además del acto simbólico, el Papa anunció un ambicioso proyecto ecológico: la instalación de una granja solar que convertirá al Vaticano en el primer Estado carbono neutral del mundo. Este compromiso refuerza su llamado a una conversión ecológica profunda y a una acción política decidida frente a la emergencia climática.

La imagen del pontífice junto al bloque de hielo derritiéndose se convirtió en una poderosa metáfora: mientras algunos líderes niegan la evidencia, León XIV eleva su voz desde el corazón espiritual del planeta, recordando que el tiempo se agota… y que el cambio debe comenzar ahora.