Brooke Mueller ha iniciado una nueva acción legal en la que asegura que Charlie Sheen acumula una deuda superior a 15 millones de dólares en concepto de manutención para los hijos que comparten. Según el expediente presentado ante la corte, el actor habría incumplido con las obligaciones fijadas hace más de una década, generando una cifra millonaria por pagos atrasados e intereses acumulados.

Los documentos señalan que, desde 2010, Sheen tenía la orden judicial de cancelar 55.000 dólares mensuales. Sin embargo, la situación comenzó a deteriorarse en julio de 2011, cuando los pagos se volvieron irregulares hasta prácticamente desaparecer. Mueller reclama cerca de 9 millones de dólares por cuotas vencidas, además de otros 6,4 millones en recargos, lo que eleva la deuda total a aproximadamente 15,3 millones.

La denuncia también solicita que el monto completo sea abonado en un plazo máximo de *30 días, junto con un pago adicional de *25.000 dólares para cubrir los costos legales derivados del proceso.

Los registros incluidos en el archivo detallan que Sheen cumplió con la manutención únicamente hasta mediados de 2011. Posteriormente, entre 2012 y 2015, no realizó ningún aporte. En los años siguientes, los pagos fueron mínimos y muy inferiores a los 660.000 dólares que debía cancelar anualmente: 96.000 dólares en 2016, 228.366 en 2017, 113.000 en 2018, y ningún pago entre 2019 y 2022. En 2023, 2024 y 2025 solo figuran tres depósitos aislados de 20.000, 30.000 y 39.000 dólares.

Mueller sostiene que esta situación ha supuesto una carga significativa para la estabilidad familiar y exige que la deuda sea saldada de inmediato. Por su parte, fuentes cercanas a Sheen han argumentado en el pasado que su capacidad económica ha variado, aunque las decisiones judiciales previas han mantenido intacta la obligación establecida originalmente.

El caso podría desencadenar medidas más severas, como embargos o acciones directas sobre los ingresos del actor, si el tribunal determina que la deuda es exigible de manera inmediata. Más allá del conflicto mediático, este episodio vuelve a poner de relieve la importancia de garantizar el sustento económico de los menores, incluso cuando las circunstancias personales o profesionales de los padres cambian con el tiempo.