La residencia que catapultó a la fama a la familia más mediática de Estados Unidos, esa que vimos crecer y evolucionar en cada episodio de «Keeping Up with the Kardashians», ha colgado el cartel de «Se Vende» en el exclusivo vecindario de Hidden Hills, California. ¿El precio? Una cifra que roza el sueño americano: 13.5 millones de dólares.

Kris Jenner, la matriarca y mente maestra detrás del imperio Kardashian-Jenner, ha tomado la difícil decisión de desprenderse de esta propiedad que fue mucho más que un hogar: fue el epicentro de momentos icónicos, dramas familiares y, sobre todo, el trampolín que lanzó a sus hijas al estrellato global.
Adquirida en 2010 por una «ganga» de 4 millones de dólares, esta mansión de ensueño cuenta con seis habitaciones, ocho baños y se extiende sobre un terreno de 6,270 metros cuadrados. Sus 822 metros cuadrados fueron testigos de incontables escenas que quedaron grabadas en la memoria colectiva: desde el famoso vestíbulo con su damero de baldosas blancas y negras, hasta la imponente escalera de hierro que parecía diseñada para las entradas triunfales de las hermanas Kardashian.
«Esta casa atesora recuerdos imborrables para mi familia, y me emociona pensar en la nueva historia que comenzará a escribirse entre sus paredes», declaró Kris Jenner en un comunicado exclusivo al New York Times, dejando entrever la nostalgia que embarga esta venta.

Si el futuro comprador desea adquirir la mansión tal como la conocemos, con cada mueble y objeto decorativo que hemos visto en pantalla, deberá desembolsar 400,000 dólares adicionales. Tomer Fridman, el agente inmobiliario de Christie’s International Real Estate Southern California encargado de la venta, describe la propiedad como «la quintaesencia del lujo y la sofisticación».
Con la venta de esta emblemática residencia, se baja el telón de un capítulo fundamental en la saga Kardashian-Jenner, pero su legado, ese que construyeron ladrillo a ladrillo frente a las cámaras, permanece más vivo que nunca.