México ha anunciado la creación de Coatlicue, un proyecto que busca posicionar al país como líder regional en el ámbito del supercómputo. Esta máquina será la más potente de América Latina y promete revolucionar la investigación científica y tecnológica en sectores estratégicos.

La inversión destinada supera los 6.000 millones de pesos, con el objetivo de instalar un centro de datos que albergará más de 15.000 unidades de procesamiento gráfico (GPUs). Su capacidad de cálculo alcanzará los 314 petaFLOPS, lo que equivale al poder de cientos de miles de computadoras trabajando de manera simultánea.

El impacto de Coatlicue será transversal: en *salud, permitirá analizar grandes volúmenes de datos médicos y acelerar diagnósticos; en agricultura, ayudará a diseñar modelos predictivos para optimizar cultivos y enfrentar el cambio climático; en energía, contribuirá a la gestión eficiente de recursos y al desarrollo de soluciones sostenibles; y en *medio ambiente, facilitará simulaciones para comprender mejor los fenómenos climáticos.

Uno de los aspectos más relevantes es que Coatlicue será un sistema público y accesible, pensado para universidades, centros de investigación y sectores estratégicos. Con ello, México busca garantizar soberanía tecnológica y democratizar el acceso a herramientas de cómputo que antes solo estaban disponibles en países con inversiones masivas en infraestructura digital.

Además, la supercomputadora será clave para el desarrollo de inteligencia artificial, ya que permitirá entrenar modelos avanzados y apoyar tanto a startups como a corporaciones que requieren capacidades de procesamiento de alto nivel.

La construcción de Coatlicue representa un salto histórico para la ciencia y la innovación en América Latina. Más que un avance tecnológico, es una apuesta por el futuro: un proyecto que busca transformar la infraestructura digital del país y abrir nuevas oportunidades de desarrollo en el siglo XXI.