
La ceremonia del *Premio Nobel de la Paz 2025, realizada en el Ayuntamiento de Oslo, se convirtió en un escenario donde la cultura venezolana brilló con fuerza. El cantautor *Danny Ocean abrió la gala con una emotiva interpretación de Alma Llanera y Venezuela, piezas que resonaron como símbolo de identidad y esperanza para millones de compatriotas dentro y fuera del país. Su actuación, acompañada por piano, fue recibida con ovaciones y marcó el inicio de una velada cargada de significado político y social.
El evento estuvo dedicado a la líder opositora *María Corina Machado, galardonada con el Nobel de la Paz por su lucha democrática. Aunque no pudo asistir por motivos de seguridad, su hija *Ana Corina Sosa recibió el reconocimiento en su nombre, transmitiendo un mensaje de unidad y resiliencia. En un audio difundido por el Comité Nobel, Machado aseguró que el premio pertenece a todos los venezolanos y confirmó que se encontraba en camino a Oslo.
La música siguió siendo protagonista con la participación de la pianista Gabriela Montero, quien improvisó piezas inspiradas en la tradición venezolana, y de la artista noruega Vera Sonne, que aportó un matiz local a la ceremonia. Ambas actuaciones reforzaron el carácter universal del evento, donde el arte se convirtió en puente entre culturas y en voz de resistencia.
La gala también reunió a líderes internacionales como *Javier Milei (Argentina), **Daniel Noboa (Ecuador), *Santiago Peña (Paraguay) y José Raúl Mulino (Panamá), quienes acudieron para respaldar la causa democrática venezolana. Su presencia fue interpretada como un gesto de apoyo regional frente a los desafíos políticos que enfrenta el país.
La ceremonia del Nobel de la Paz 2025 trascendió lo protocolar para convertirse en un homenaje cultural y político. La actuación de Danny Ocean y Gabriela Montero, junto con el reconocimiento a María Corina Machado, hicieron de la gala un símbolo de esperanza y unidad, recordando al mundo que Venezuela sigue luchando por recuperar su democracia.