
Lo que prometía ser una visita solemne a uno de los lugares más emblemáticos de Estados Unidos terminó convirtiéndose en un episodio viral cargado de humor, ironía y una pizca de escándalo. La actriz de Hollywood Dyan Cannon, de 88 años, fue inesperadamente rechazada en la entrada de la Casa Blanca debido a una discrepancia en sus documentos oficiales… relacionada con su edad.
Cannon, acompañada por sus colegas Kym Douglas, Tracey Bregman y la chef Christine Avanti-Fischer, se encontraba en Washington D.C. para presentar su nuevo podcast espiritual “La Mesa de Dios”. Aprovechando la ocasión, decidieron visitar la residencia presidencial. Pero al llegar, el Servicio Secreto les negó el acceso por un motivo insólito: el pasaporte de Cannon contenía una edad incorrecta, producto de una “ligera exageración” que la propia actriz reconoció entre risas.
“Hace años mentí sobre mi edad en el pasaporte. ¿Quién no?”, confesó Cannon con picardía, mientras sus amigas se burlaban del momento. El video del incidente, grabado por Douglas y compartido en redes sociales, muestra a las cuatro mujeres reaccionando con humor ante la situación. “Si entramos, será un milagro de Dios”, comentó Avanti-Fischer, mientras Cannon remató en su cuenta personal: “Y lo haría de nuevo”.
Lejos de generar indignación, el episodio fue recibido con simpatía por el público, que celebró la espontaneidad y el buen humor de la actriz. La publicación acumuló miles de visualizaciones y comentarios, convirtiéndose en tendencia en plataformas como Instagram y TikTok.
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Dyan Cannon, con una carrera que abarca más de seis décadas en cine, televisión y Broadway, fue la primera mujer nominada al Oscar por su trabajo delante y detrás de cámaras. Su trayectoria la ha convertido en una figura respetada en la industria, y este incidente, lejos de empañar su imagen, la reafirma como una personalidad auténtica y sin filtros.
Este curioso episodio también abre una conversación sobre los protocolos de seguridad en espacios gubernamentales y la rigidez burocrática frente a errores menores. Pero sobre todo, recuerda que incluso las estrellas más brillantes pueden vivir momentos inesperados… y convertirlos en anécdotas memorables.