El liderazgo femenino en 2025: una fuerza global que no se detiene

Illustration by Oriana Fenwick for Forbes

En 2025, la escena global del poder dejó en claro algo que años atrás solo se intuía: las mujeres están a la cabeza de decisiones que impactan desde la política hasta la tecnología, pasando por las finanzas y la cultura. El ranking de Forbes de las mujeres más poderosas del mundo no solo reconoce posiciones de privilegio y responsabilidad, sino también la manera en que estas figuras ejercen influencia dominante en un mundo cada vez más interconectado.

En la cúspide del listado se encuentra la presidenta de la Comisión Europea, una figura que domina la política del bloque que representa a cientos de millones de personas, marcando rumbo en energía, seguridad y legislación económica. Su capacidad para negociar, unificar y gestionar retos de gran escala la mantiene en la cima.

Cerca de ella está la presidenta del Banco Central Europeo, cuyo papel trasciende las fronteras de Europa. En un entorno económico global lleno de desafíos —inflación, tensiones geopolíticas y cambios estructurales en los mercados— su liderazgo en política monetaria es decisivo para la estabilidad mundial.

La presencia de Sanae Takaichi, primera ministra de Japón, marca un hito histórico en Asia: por primera vez una mujer lidera la tercera economía del mundo. Su ascenso refleja cambios culturales y políticos en un país que tradicionalmente ha tenido barreras de género en los puestos más altos. Asimismo, Giorgia Meloni, primer ministra de Italia, sigue consolidando su influencia en el contexto europeo, navegando desafíos internos y externos en uno de los centros políticos clave del continente.

Desde América Latina destaca la figura de Claudia Sheinbaum, presidenta de México, que ha captado la atención por su liderazgo interno y su papel en dinamizar la transformación de Norteamérica. Su posición en la lista pone de manifiesto la importancia creciente de las mujeres líderes en una región que enfrenta complejidades económicas, sociales y geopolíticas.

La lista también celebra a mujeres que dominan sectores económicos enteros. Las CEOs y ejecutivas incluidas muestran que el poder corporativo sigue siendo un arsenal estratégico para influir en el rumbo del mundo. Desde consultoras tecnológicas globales hasta gigantes de la automoción y la banca, estas líderes han demostrado que la toma de decisiones a escala internacional no es solo cosa de Estados o gobiernos —sino también de empresas que manejan flujos de capital, innovación y empleo.

Llaves de la economía global como Jane Fraser, Abigail Johnson o Lisa Su están en posiciones de auge, definiendo cómo se distribuyen recursos, qué industrias crecen y cómo se adoptan tecnologías que transforman todos los sectores. Su inclusión en el top 10 evidencia que más allá de la política, la mujer tiene un papel dominante en la dirección económica del planeta.

Más allá de nombres y cargos, lo que revela el ranking es una transformación: el poder se diversifica, se cruza entre lo público y lo privado, entre decisiones tecnológicas, económicas y sociales. Y en ese nuevo mapa global, las voces femeninas no solo participan —sino que lideran.

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