El mundo del rock ha perdido una de sus voces más emblemáticas. Ozzy Osbourne, el inconfundible líder de Black Sabbath y figura central del heavy metal, falleció este martes 22 de julio de 2025 a los 76 años, rodeado de su familia y del cariño de millones de seguidores que lo consideraban mucho más que un ícono musical.

🎤 Un legado que desafió el tiempo y la oscuridad

John Michael Osbourne, nacido en Birmingham en 1948, transformó su vida marcada por la pobreza, la dislexia y la rebeldía en una carrera que redefinió el sonido del rock. Cofundador de Black Sabbath en 1968, su voz sombría y visceral dio forma a himnos como Iron Man, Paranoid y War Pigs, convirtiéndose en el “Príncipe de las Tinieblas” por derecho propio.

Más allá de su imagen provocadora —que incluyó episodios tan polémicos como morder la cabeza de un murciélago en pleno concierto— Ozzy fue un artista profundamente humano, capaz de conectar con generaciones enteras a través de su autenticidad y vulnerabilidad.

🩺 Batallas personales y una despedida conmovedora

Desde 2003, Osbourne enfrentó una dura lucha contra el Parkinson, enfermedad que limitó su movilidad pero nunca apagó su voz. Su último concierto, el pasado 5 de julio en Birmingham, fue una despedida épica: sentado en un trono, con lágrimas en los ojos y el rímel corrido, cantó junto a sus compañeros originales de Black Sabbath ante más de 45,000 personas. “Gracias, desde el fondo de mi corazón”, dijo entonces, consciente de que ese sería su adiós.

📺 Más que un rockero: padre, esposo y estrella de televisión

En los años 2000, Ozzy sorprendió al mundo al protagonizar The Osbournes, un reality show que lo mostró como un padre torpe pero entrañable, revelando una faceta doméstica que contrastaba con su imagen escénica. Su relación con Sharon Osbourne, su esposa y mánager, fue clave para su supervivencia emocional y profesional, especialmente en los momentos más oscuros de su vida.

🏆 Un impacto que trasciende generaciones

Ozzy Osbourne no solo fue incorporado al Salón de la Fama del Rock and Roll en 2006, sino que su influencia se extiende a bandas como Metallica, Slayer y Alice in Chains. Su festival Ozzfest marcó una era en la música en vivo, y sus álbumes en solitario —como Blizzard of Ozz y No More Tears— siguen siendo referencia obligada en la historia del metal.

🌌 El eco de una voz que nunca morirá

Ozzy no fue solo un cantante. Fue una fuerza cultural, una figura contradictoria y fascinante que encarnó el espíritu del rock en su forma más cruda y auténtica. Su partida deja un vacío imposible de llenar, pero también una huella imborrable en la historia de la música.

“Soy solo un loco excéntrico”, dijo alguna vez. Hoy, ese loco excéntrico se convierte en leyenda.