
En el recientemente publicado libro Power and the Palace, escrito por el periodista Valentine Low, se ha revelado un episodio impactante que marcó un antes y un después en la vida de Camila, actual reina consorte del Reino Unido. En una conversación íntima con Boris Johnson, entonces alcalde de Londres, Camila confió que sufrió un intento de agresión sexual durante su adolescencia en un viaje en tren hacia la estación de Paddington.
Con apenas 16 o 17 años, un extraño tanto sus manos de forma inapropiada. Sin dudarlo, ella reaccionó como le había enseñado su madre: se quitó el zapato y respondió con determinación, propinando un golpe decisivo. Su acción fue tan firme que logró escapar, buscar auxilio y conseguir la detención del agresor cuando llegó a la estación.
Este episodio, que permaneció en silencio por décadas, cobra hoy un significado aún más profundo al comprender el impulso detrás de su labor constante en favor de las víctimas de violencia sexual. Durante años, Camila ha sido una figura clave en la apertura de centros de apoyo, en campañas de concienciación y en la distribución solidaria de Kits de higiene para supervivientes. Su voz y su compromiso público resuenan con una intensidad que ahora entendemos proviene de una vivencia personal transformadora.
Nada ha sido casual en su camino: su activismo esconde la fuerza de quien decidió no dejarse silenciar por el miedo. Su historia nos recuerda que a veces, el coraje se construye en lo más íntimo, y que ese coraje puede convertirse en un legado de solidaridad para otros.