El último acorde del maestro: Eddie Palmieri se despide a los 88 años, dejando una revolución musical eterna

La música latina ha perdido a uno de sus arquitectos más audaces. Eddie Palmieri, pianista, compositor y visionario del jazz latino y la salsa, falleció el 6 de agosto de 2025 en su hogar en Nueva Jersey, a los 88 años. Su partida marca el cierre de una era que él mismo ayudó a fundar, pero su legado sigue resonando como un tumbao eterno en el corazón de la música afrocubana.

Nacido en el Spanish Harlem de Nueva York en 1936, hijo de padres puertorriqueños, Palmieri creció entre los acordes del piano y los ritmos del Bronx. Su hermano mayor, Charlie Palmieri, también pianista, fue su primera gran influencia. Pero Eddie no se conformó con seguir pasos: los reinventó.

En 1961 fundó La Perfecta, una orquesta que desafió las convenciones al sustituir trompetas por trombones, creando un sonido robusto y provocador que redefinió la salsa. Su tema “Azúcar Pa’ Ti” (1965) se convirtió en un himno del género y fue reconocido por la Biblioteca del Congreso de EE. UU. como una pieza de valor cultural incalculable.

Palmieri no solo fue un virtuoso del teclado, sino también un artista comprometido. En 1975 se convirtió en el primer latino en ganar un Grammy en la categoría de Mejor Grabación Latina con “The Sun of Latin Music”. A lo largo de su carrera acumuló diez premios Grammy, incluyendo colaboraciones memorables con Tito Puente y Lalo Rodríguez.

Su música también fue trinchera social. En álbumes como “Justicia” (1969) y “Harlem River Drive” (1971), abordó temas como la desigualdad, la discriminación y la lucha por los derechos civiles, convirtiendo el piano en un instrumento de resistencia cultural.

Más que un músico: un movimiento

Palmieri fue un alquimista sonoro. Fusionó jazz, funk, soul y ritmos afrocubanos con una maestría que desafiaba etiquetas. Su estilo, marcado por la improvisación y la experimentación, convirtió cada presentación en una experiencia única. Desde el Palladium de Manhattan hasta escenarios en Asia y Oceanía, su música conectó con públicos de todos los continentes.

Además de su carrera artística, fue mentor de jóvenes músicos latinos y afrodescendientes, participando en clínicas y proyectos educativos que sembraron nuevas generaciones de talento.

La noticia de su fallecimiento fue confirmada por su familia a través de redes sociales. Artistas como Bobby Cruz, Víctor Manuelle y La India expresaron su dolor y admiración: “Hoy se apaga una de las luminarias más grandes de nuestra música”, escribió La India. “Ya nada puede ser igual en la música”, lamentó Bobby Cruz.

Le sobreviven sus cinco hijos —Gabriela, Renee, Eydie, Ileana y Edward II— y cuatro nietos. Su esposa, Iraida Palmieri, falleció en 2014. A ella le dedicó el álbum “Mi Luz Mayor”, una obra cargada de amor y nostalgia.

Eddie Palmieri no solo tocó el piano. Tocó almas. Y aunque el maestro ha dejado de sonar en carne y hueso, su música seguirá siendo el compás que guía a quienes creen que el arte puede cambiar el mundo.

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