París, capital eterna de la moda, fue testigo de una noche que ya se perfila como histórica. El Museo de las Artes Decorativas abrió sus puertas para celebrar la primera edición del Bal d’Été, una gala que fusionó arte, moda y filantropía bajo la dirección creativa de Sofía Coppola. Pero más allá del glamour y la causa benéfica, dos nombres españoles brillaron con luz propia: Penélope Cruz y Marta Ortega.

Penélope Cruz: musa de Chanel y reina de la noche

La actriz madrileña, embajadora de Chanel, reafirmó su estatus como ícono de estilo con un vestido azul noche de la colección Haute Couture primavera-verano 2025. El diseño, de silueta etérea y falda cubierta de paillettes, se completaba con una capa de gasa que aportaba dramatismo y movimiento. Los volantes asimétricos y los destellos degradados añadieron un aire de sofisticación cinematográfica, mientras que los accesorios (pendientes de perlas y diamantes, salones negros con pulsera y clutch acolchado) sellaron un look de estrella absoluta.

Marta Ortega: el poder del negro en clave dual

La presidenta de Inditex apostó por una estética que equilibró fuerza y feminidad. Su elección: un vestido lencero de encaje negro con escote adornado en blonda y lazada al cuello, acompañado por un abrigo sastre largo hasta los pies. El conjunto, sobrio y sensual a la vez, evocó los códigos clásicos del armario masculino reinterpretados con una sensibilidad contemporánea. Acompañada por su esposo Carlos Torretta y el modelo Jon Kortajarena, Ortega reafirmó su influencia silenciosa pero contundente en el universo fashion.

Una gala que marca tendencia

El Bal d’Été no solo dio inicio a la Semana de la Alta Costura, sino que también se posicionó como un nuevo referente en el calendario de la moda. Con una alfombra roja que reunió a figuras como Keira Knightley, Diane Kruger y Kirsten Dunst, la velada fue una oda al estilo europeo más refinado. Pero fue la presencia española, liderada por Cruz y Ortega, la que aportó ese toque de elegancia serena y sofisticación sin esfuerzo que solo ellas saben encarnar.