
Florinda Meza, actriz y viuda del icónico comediante Roberto Gómez Bolaños, ha vuelto al centro de la conversación pública tras la reaparición de una entrevista de 2004 en la que calificó a la esposa y los hijos de Chespirito como su “más grande defecto”. La declaración, rescatada por internautas tras el estreno de la bioserie Chespirito: Sin querer queriendo, ha generado una ola de reacciones divididas y ha reavivado viejas tensiones familiares y mediáticas.
En el fragmento viralizado, Meza afirma: “Él tenía siete grandes defectos: seis hijos y una esposa”. Aunque la frase fue pronunciada en tono anecdótico durante una entrevista en el programa chileno Pasiones, su impacto ha sido profundo. Gómez Bolaños, presente en la conversación, reaccionó con sorpresa: “¿Cómo defectos? Tengo seis hijos maravillosos”. A lo que Meza replicó: “Si fueran míos serían maravillosos, pero no siéndolo, eran un problema y un defecto”.
Ante la controversia, Meza respondió en redes sociales que sus palabras fueron sacadas de contexto. Explicó que se refería a los obstáculos que enfrentó antes de aceptar una relación con el comediante, y que usó la palabra “defectos” como una figura retórica para ilustrar sus dudas iniciales. “Fue un modo de hablar, respondiendo a una pregunta específica”, escribió en Instagram, añadiendo que “Roberto amaba a sus hijos y no hubiera estado con alguien que no los respetara”.
Pero la polémica no termina ahí. Meza también desmintió públicamente la versión presentada en la bioserie sobre el origen del Chapulín Colorado. Según la producción, el personaje nació como una idea improvisada en medio de una crisis creativa, con la participación de la primera esposa de Gómez Bolaños en la confección del traje. Meza, sin embargo, asegura que el personaje fue concebido mucho antes de que el comediante pensara en actuar, y que incluso fue ofrecido a otros artistas antes de que él mismo lo interpretara.
“Roberto creó al Chapulín mucho antes de ser actor. No hubo piloto grabado en secreto ni ejecutivos que se opusieran. Ya era un grande de la televisión cuando decidió usar ese personaje”, afirmó Meza, citando como respaldo la autobiografía Sin querer queriendo del propio Gómez Bolaños. Estas declaraciones han provocado un intenso debate en redes sociales, donde algunos defienden el derecho de Meza a contar su versión, mientras otros la acusan de intentar reescribir la historia. Lo cierto es que, dos décadas después de aquellas palabras y a más de una década de la muerte de Chespirito, la figura de Florinda Meza sigue generando titulares, controversia y reflexión sobre los límites entre la vida pública y la intimidad de los íconos culturales.