Las Kardashian desembarcan en Venecia: glamour, secretos y protestas en la boda de Jeff Bezos y Lauren Sánchez

Venecia se ha transformado en una pasarela flotante. A bordo de lujosos taxis acuáticos y bajo el lente de cientos de cámaras, el clan Kardashian ha hecho su entrada triunfal a la ciudad de los canales para asistir a la boda de Jeff Bezos y Lauren Sánchez, un evento que promete marcar un antes y un después en la historia de las celebraciones de alto perfil.

La matriarca Kris Jenner, acompañada de su pareja Corey Gamble, fue una de las primeras en ser captada por los paparazzi. Lució un vestido negro con transparencias y volantes, en un estilo dramático que contrastó con la sobriedad elegante de Kim Kardashian, quien apostó por un conjunto negro de Balenciaga con top bandeau y falda lápiz. Khloé Kardashian, por su parte, optó por un vestido ajustado de estampado animal, añadiendo un toque salvaje al desfile familiar.

La boda, que se extenderá del 26 al 28 de junio, ha reunido a más de 200 invitados de la élite global, entre ellos Oprah Winfrey, Ivanka Trump, Leonardo DiCaprio, Lady Gaga y Mick Jagger. Las celebraciones comenzaron el miércoles 25 con una cena privada y continuarán con fiestas temáticas, conciertos y una ceremonia en un lugar aún no revelado por motivos de seguridad.

Lauren Sánchez, la novia, ya ha deslumbrado en la fiesta de preboda con un vestido vintage de Alexander McQueen, mientras que Jeff Bezos ha mantenido un perfil más discreto, aunque no menos lujoso, desplazándose en su superyate Koru, anclado frente a la isla de San Giorgio Maggiore.

Sin embargo, no todo ha sido glamour. La ciudad ha sido escenario de protestas por parte de colectivos locales que denuncian la “privatización” de Venecia para eventos de millonarios. Greenpeace y el movimiento “No hay espacio para Bezos” han desplegado pancartas en la Plaza de San Marcos exigiendo mayor responsabilidad fiscal y ambiental.

A pesar de las críticas, la boda continúa su curso con un despliegue de seguridad sin precedentes, medidas de confidencialidad estrictas y una logística que incluye más de 90 jets privados y cinco hoteles de lujo reservados exclusivamente para los asistentes. En medio de la controversia, las Kardashian han vuelto a demostrar que donde pisan, marcan tendencia. Su llegada no solo ha elevado el nivel de expectativa mediática, sino que ha confirmado que esta no es solo una boda: es un espectáculo global.

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