Nelly Furtado desafía los estándares: su cuerpo real, su voz poderosa y un mensaje que transforma

En una industria que insiste en cuerpos perfectos y apariencias editadas, Nelly Furtado ha decidido romper el molde. La cantante canadiense, de 46 años, reapareció en el Festival Boardmasters del Reino Unido con un atuendo sensual que dejaba ver su figura sin retoques ni filtros. Lo que para algunos fue motivo de crítica, para ella fue una declaración de amor propio: “Este año descubrí nuevos niveles de confianza y amor por mí misma”, escribió en sus redes.

Más que una imagen: una artista completa

Durante su presentación, Furtado se dedicó a lo que mejor sabe hacer: cantar, conectar, emocionar. Su energía sobre el escenario eclipsó cualquier comentario sobre su físico. “Ámate con cada centímetro de tu corazón”, expresó en Instagram, acompañando una serie de fotos sin maquillaje ni edición, en las que se muestra tal como es: auténtica, libre y poderosa.

Críticas, aplausos y una lección de vida

La artista ha enfrentado ataques gordofóbicos desde hace años, especialmente tras su retiro temporal en 2017. Sin embargo, su regreso ha sido una lección de resiliencia. En el Festival Emblema de México, también fue blanco de comentarios por su apariencia, pero respondió con elegancia y gratitud: “México, tú tienes mi corazón para siempre”.

Sus seguidores la respaldaron con mensajes de apoyo, celebrando su valentía y su mensaje de aceptación. “No he tenido cirugías ni rellenos. Solo soy yo, con mis varices, como mi mamá y mis tías”, escribió en una publicación reciente, dejando claro que su cuerpo es parte de su historia, no un obstáculo.

El cuerpo como territorio de libertad

Furtado ha iniciado una conversación urgente sobre la presión estética en el mundo del espectáculo. Su postura no es una reacción impulsiva, sino una estrategia consciente para redefinir lo que significa ser artista, mujer y figura pública. “Está bien querer algo diferente, pero también está bien amar lo que ves en el espejo”, afirmó.

Nelly Furtado no solo canta sobre libertad. La encarna. Y en un mundo que insiste en encajar, ella elige brillar con sus propias formas, ritmos y curvas. Su mensaje no es solo para sus fans, sino para toda una generación que necesita recordar que el talento no tiene talla, y que el amor propio es el mejor escenario.

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