Rosalía vuelve a dar de qué hablar, pero esta vez no es por una nueva colaboración ni por su estilo inconfundible. La artista catalana, conocida por transformar la música urbana y mezclarla con raíces flamencas, sorprendió recientemente al revelar que se encuentra viviendo una etapa muy particular: un celibato voluntario, o como ella misma lo llamó, “volcel”.

En una entrevista sincera y sin filtros, la intérprete de “Despechá” confesó que lleva un tiempo sin mantener relaciones sentimentales ni sexuales. “Cero-cero”, respondió con humor al ser preguntada sobre su vida íntima. Su declaración no fue una pose ni un intento por generar polémica; fue, más bien, una reflexión honesta sobre cómo el ritmo intenso de su carrera ha cambiado su forma de relacionarse con el deseo, el amor y el tiempo personal.

“Cuando tengo mucho trabajo y estrés, mi libido baja. El cortisol sube y todo se desbalancea”, explicó.

Lejos de verlo como una carencia, Rosalía describió esta etapa como una decisión consciente, una pausa necesaria para reconectar consigo misma y con su arte. “Estoy en un momento en el que mi prioridad soy yo, mi bienestar y mi música”, añadió, dejando claro que su energía está centrada en crear, no en conquistar.

El término “volcel”, abreviatura de voluntary celibate, se ha vuelto tendencia en redes sociales tras sus declaraciones. Representa una postura moderna: elegir la abstinencia no por falta de opciones, sino por autoconocimiento, por entender que a veces el silencio emocional también puede ser fértil.

Rosalía, que en los últimos años ha vivido relaciones mediáticas —incluido su sonado romance con Rauw Alejandro—, parece haber encontrado un nuevo equilibrio lejos del ruido de la vida amorosa. “Si me veis con algún chico, no asumáis nada”, bromeó, intentando cortar de raíz las especulaciones que suelen acompañar cada una de sus apariciones públicas.

Su honestidad resuena con muchas mujeres que también sienten la presión de mantener una vida romántica activa mientras persiguen sus metas personales. Rosalía, en cambio, se atreve a verbalizar algo que pocos artistas dicen: que también se puede amar desde la calma, desde la distancia, desde la creación.

Con su confesión, la cantante redefine una vez más lo que significa ser una figura femenina en la industria musical. No sólo canta sobre la independencia, sino que la practica. Y quizás, en ese espacio de silencio y autocuidado, esté gestando su siguiente revolución artística.