La actriz Rumer Willis, hija mayor del legendario Bruce Willis, compartió un desgarrador mensaje en Instagram durante el Día del Padre (15 de junio), revelando que su padre, diagnosticado con demencia frontotemporal, ha perdido por completo la capacidad de comunicarse verbalmente. La publicación se convirtió en una emotiva carta en la que Rumer expresa su profundo dolor por no poder conversar con él sobre su vida, pero también su gratitud por aún poder abrazarlo, besarle la mejilla o acariciar su cabeza.

En sus palabras, Rumer lamenta no haber aprovechado antes la oportunidad de preguntarle sobre sus historias, luchas y éxitos cuando todavía podía contestar. Pero, consciente del momento, decide enfocarse en agradecer por los momentos que aún comparten, incluso describiendo cómo los ojos de su padre se iluminan al ver a su nieta Louetta, nacida en 2023.

El mensaje no solo refleja el amor filial, sino también el recorrido emocional que la familia atraviesa desde que en marzo de 2022 se anunció la retirada de Willis por afasia y, un año después, el diagnóstico definitivo de demencia frontotemporal (FTD), una enfermedad neurológica irreversible. Aunque Tallulah Willis había sido citada en redes afirmando que su padre “ya no puede hablar”, Rumer recalcó abiertamente que esta pérdida comunicativa es real y difícil de asimilar.

La familia, incluyendo a Emma Heming (esposa actual), Demi Moore (exesposa) y las hermanas Scout y Tallulah, ha mantenido una postura de transparencia sobre la enfermedad de Bruce, buscando generar conciencia y apoyo para otras familias en situaciones similares. Las publicaciones recientes destacan también el vínculo cariñoso con su nieta Louetta, una luz en medio del proceso doloroso que enfrentan.

Además, la esposa de Willis reveló en próximas memorias detalles sobre cómo, durante el rodaje de sus últimas películas, empleaba un pinganillo para disimular los síntomas del deterioro, con diálogos simplificados y apoyo constante de su equipo. Esto no solo evidenció el impacto de la enfermedad, sino también el esfuerzo colectivo de su entorno para proteger su dignidad y bienestar.

Aunque Bruce ya no habla, la familia destaca su presencia afectiva: incluso en silencio, su mirada sigue transmitiendo amor. Rumer lo describe como un padre resiliente que “se ilumina” con el amor de su nieta, mientras continúa recibiendo el cariño de quienes lo rodean