
Mientras el verano alcanza su punto más álgido, Sofía Palazuelo, duquesa de Huéscar, demuestra que la sofisticación no entiende de estaciones ni de circunstancias. A tan solo semanas de dar a luz a su tercer hijo —el primer varón de la familia—, la aristócrata ha sido vista disfrutando de unas vacaciones en alta mar con un estilo que redefine el concepto de moda premamá.
Desde Sotogrande, donde los duques de Huéscar suelen pasar sus veranos, Sofía ha sido fotografiada luciendo un bañador en tonos teja, anudado a la espalda, que realza con sutileza sus curvas premamá. La elección no es casual: el diseño, cómodo y elegante, refleja su capacidad para equilibrar funcionalidad y estética incluso en los momentos más íntimos.
Pero el verdadero protagonista fue el conjunto que llevó al embarcar: un caftán blanco con detalles en naranja, gafas de sol negras, bolso de rafia y sandalias planas a juego. Un look que, lejos de ser ostentoso, transmite serenidad, buen gusto y una conexión profunda con el entorno marítimo.
Sofía no solo compartió momentos de navegación con sus hijas Rosario y Sofía, vestidas idénticas en petos rayados y merceditas blancas, sino que también se animó a subirlas a una tabla de surf junto a su inseparable perro teckel. Una imagen que resume su filosofía: la maternidad no es una pausa, sino una evolución.
Este verano ha sido especialmente significativo para la duquesa. Además de su escapada a la isla griega de Spetses y su asistencia a la boda de la galerista Cristina Herraiz en Galicia, Sofía ha reafirmado su papel como referente de estilo y discreción. En cada aparición pública, ya sea en la ópera del Teatro Real o en eventos familiares, su presencia es sinónimo de elegancia sin esfuerzo.
Con la llegada del pequeño Fernando, la Casa de Alba se prepara para recibir una nueva generación. Y Sofía, con su estilo sereno y su energía intacta, se consolida como una figura que inspira no solo por su linaje, sino por su autenticidad.