Taylor Swift rompe el silencio: por qué no veremos a la reina del pop en el Super Bowl (por ahora)

Los rumores habían tomado fuerza: ¿sería Taylor Swift la próxima gran estrella del show de medio tiempo del Super Bowl? Con su Eras Tour batiendo récords, su romance con Travis Kelce en todos los titulares y su dominio absoluto en la industria musical, todo apuntaba a que el escenario más visto del planeta sería el siguiente paso lógico. Pero la propia Taylor decidió ponerle fin al misterio… y lo hizo con el encanto y la claridad que la caracterizan.

Durante su paso por The Tonight Show con Jimmy Fallon, la cantante aclaró, entre risas y sinceridad, que nunca recibió una invitación formal para participar en el espectáculo. “La gente asume muchas cosas”, dijo, dejando claro que no hubo una gran negativa ni un desplante al evento deportivo más grande de Estados Unidos.

A lo largo de las últimas semanas, internet había explotado con teorías que apuntaban a supuestos desacuerdos con Roc Nation —la productora encargada del show— o incluso con Jay-Z. Pero Taylor zanjó las especulaciones: no hay drama, solo timing. La artista aseguró que se encuentra totalmente enfocada en su gira y en disfrutar una etapa personal más tranquila, lejos de compromisos tan exigentes como el Super Bowl.

Y sí, Travis Kelce también tiene algo que ver. Swift confesó que este año prefiere vivir el fútbol desde las gradas, como su fan número uno. “Estar en la temporada de la NFL con él es suficiente adrenalina por ahora”, comentó con humor.

Eso no significa que cierre la puerta para siempre. Si algo hemos aprendido de Taylor Swift es que nunca deja de sorprendernos. Su carrera está llena de giros inesperados, lanzamientos sorpresa y momentos virales. Así que, aunque este año el show del medio tiempo estará en manos de otro gigante —Bad Bunny—, la idea de ver a Taylor comandando ese escenario sigue siendo un sueño que muchos fans mantienen vivo.

Por ahora, la superestrella prefiere seguir escribiendo historia a su manera: entre estadios repletos, discos que rompen récords y una historia de amor que parece salida de una canción pop perfecta. Porque, seamos honestos, Taylor no necesita un Super Bowl para brillar… ella ya es su propio espectáculo mundial.

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