
Félix Ortiz, conocido mundialmente como Zion, ha decidido hablar sin filtros sobre el proceso físico y emocional que ha atravesado tras someterse a una cirugía de manga gástrica. En una entrevista íntima con el youtuber Marko, el reguetonero puertorriqueño reveló que la decisión no fue estética ni impulsiva, sino una medida urgente para recuperar el control sobre su salud.
“Estaba cansado del sube y baja. Once meses en el gimnasio, un mes fuera… y otra vez 95 kilos. Era un ciclo que no podía romper”, confesó el intérprete de “Zun da da”, visiblemente más delgado pero también más reflexivo.
Una transformación más allá del cuerpo
La cirugía de manga gástrica, que reduce el tamaño del estómago para inducir la pérdida de peso, ha sido un punto de inflexión en su vida. Zion explicó que, aunque ha logrado adelgazar, el proceso ha sido mucho más complejo de lo que imaginaba. “Me dijeron que no iba a ser tan difícil, pero comer ahora me toma dos horas. No puedo beber líquidos mientras como. Es una disciplina que no conocía”, relató.
Además, compartió que los primeros meses postoperatorios fueron especialmente duros. “Se me bajaron las defensas, me dio temblequera, incluso tuve un desmayo. Me siento bien, pero hay etapas que son muy fuertes”, dijo, reconociendo también una mayor sensibilidad al alcohol.
Entre el amor por la comida y el enfoque profesional
Uno de los mayores retos para Zion ha sido renunciar a su pasión por el turismo gastronómico. “Me encanta descubrir restaurantes en cada país que visito. Ahora no puedo comer más de cuatro bocados. Es frustrante, pero necesario”, admitió.
A pesar de las dificultades, el artista asegura estar más enfocado que nunca en su carrera. Actualmente trabaja en una colaboración con el cantante colombiano Beéle y prepara su incursión formal en la actuación, con proyectos que incluyen figuras como María Conchita Alonso.
“Estoy en un momento de reinvención. Esta cirugía no solo me cambió el cuerpo, me obligó a mirar hacia adentro”, expresó.
Más allá del reguetón: Zion se reinventa con propósito
La historia de Zion no es solo la de un artista que busca verse mejor. Es la de un hombre que, tras años de lucha con su salud, ha decidido tomar el control y enfrentar sus debilidades con honestidad. Su testimonio, lejos de ser superficial, se convierte en una invitación a hablar de salud mental, disciplina y resiliencia en una industria que rara vez lo permite.